HEROÍNAS INVISIBLES

Hace unos días en una tertulia radiofónica en la que participo habitualmente, se planteó el tema de la visibilidad de las mujeres a partir de cierta edad en el cine, teatro o televisión. Las actrices suelen hacer papeles de madre, abuela, y por cierto también abundan las malas malísimas y perversas. Si repasamos el panorama de actrices que tenemos, tanto en el ámbito nacional como internacional, por lo general, son papeles secundarios, y ya no solo por edad, sino por la única razón de género.

¿Dónde están las heroínas? Y sobre todo, ¿por qué la industria cimetográfica nos trata de manera tan injusta?
Cuando en mis clases sobre liderazgo busco películas con las que identificar elementos que sirvan de ejemplo, es fácil encontrar títulos con protagonistas masculinos, con roles muy marcados de lo que se espera de un líder, pero si busco lo mismo con una protagonista femenina, ejerciendo de líder, ya es una ardua tarea y no siempre con un resultado beneficioso.

Seguro que recuerdan las películas sobre el rey Enrique V y la reina Isabel I, dos películas sobre dos historias, dos personajes y dos formas de ver y plasmar su liderazgo, en la primera el Rey Enrique V, se muestra como un hombre comprometido, que busca la lealtad de sus hombres, siendo un soldado más en la batalla, no tiene que renunciar a nada y a través de la guerra y la victoria alcanza la gloria.

En la película sobre Isabel I se nos presenta a una mujer en soledad, que para ser reina ha renunciado al matrimonio y a los hijos, y que solo después de pedir perdón por sus acciones es adorada por su pueblo.

El cine, el teatro en definitiva no hace sino reflejar la vida misma, nuestra auténtica cotidianidad, pone música, y algún que otro efecto especial, pero no hace más que plasmar a la sociedad y lo que ésta está dispuesta a tolerar.
Y luego no entendemos por qué no hay más mujeres protagonistas en las películas, pero ¿las hay en la vida política? y ¿en la esfera económica y empresarial? Y ¿en la esfera social o en la tecnológica y científica? Y si a esto le añadimos el factor edad, la invisibilidad aún es mayor.

Por eso es importante contar con mujeres de la fuerza y talla de Luisa Gavasa. Tuve la oportunidad de coincidir con ella veinticuatro horas después de que hubiese recibido el Goya a la Mejor Actriz de Reparto.

Y me quedó claro que no importa el tiempo que se necesite, que una vez marcada la ruta, hay que ir al encuentro de nuestros sueños, y éstos llegará, más tarde o más temprano, pero llegará. Mujeres como Luisa son las que nos recuerdan que el éxito se alcanza, no por casualidad, sino por el esfuerzo, la constancia, las ganas, el empuje, y también por los sacrificios que tenemos que sortear en nuestro camino, porque hemos decido no ser invisibles, queremos ser las protagonistas demuestra historia, y no como princesas con final feliz, sino por derecho propio como las heroínas que necesita esta sociedad, reivindicando papeles de protagonista, no de eternas secundarias, no queremos pedir perdón por ser imperfectas,
solo pedimos tener el papel principal que nos corresponde.

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María Jesús Lorente

Presidenta ARAME

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