OXÍGENO FEMENINO EN LA TOMA DE DECISIONES SOCIETARIAS

Resulta especialmente turbador que incluso en las profesiones donde la mujer está muy representada, su presencia disminuye alarmantemente en los niveles de responsabilidad.

Achacar esta situación al machismo, la falta de apoyos en la empresa, o discriminaciones de distinta índole es, no solo simplista, sino que puede ser injusto, y lo que es peor, puede desenfocar el problema, y al no centrarlo en la causa, hacer que este se enquiste y se perpetúe. En algunas empresas y organismos, donde hay una voluntad real de atajar este problema, se encuentran en ocasiones con falta de candidatas, y no por carencia de idoneidad o capacidad, sino por privación de compromiso, de ambición o de espíritu de combate, lo suficientemente consolidado para hacer frente a los retos. Porque no hay que olvidar, que los puestos de responsabilidad, son eso, de responsabilidad, y se quiera o no, requieren compromiso y renuncia, y como toda moneda, tiene dos caras, y hay que tomar las dos, van en el lote.

Este compromiso y renuncia conlleva una lucha personal interior despiadada, dura, constante, y un esfuerzo por rechazar los comportamientos, ideas, estereotipos y supuestas obligaciones que una mujer debería cumplir. No es fácil remar a contracorriente, no es cómodo decidir ir contra el criterio o mantra común, y además, lejos de recibir apoyo, las críticas directas o veladas serán constantes.

No nos debemos equivocar, ya que para una mujer que decide ascender, que ha decido promocionar, la crítica más sibilina, más voraz y más dañina la recibirá del personal femenino, como se suele decir, el enemigo está en casa. Pero hay que animar, alentar y facilitar que las mujeres quieran asumir puestos de dirección, tienen que entender que aparte de los sinsabores, tendrán muchas recompensas, y lo que es más importante, contribuirán a cambiar una situación que llevará a una normalización real que, en definitiva, generará a la sociedad más prosperidad y mejores perspectivas.

Las leyes son importantes, pero para algunos asuntos no bastan, hace falta un cambio social, un cambio de mentalidad, en hombres y en mujeres, para en última instancia, conseguir compartir, cooperar y crear, desde la diferencia, desde la diversidad.

Las mujeres no podemos estar ausentes de la toma de decisiones, es necesaria nuestra plena participación en todos los ámbitos, en el empresarial, asociativo, político y cultural. El tiempo de las excusas se acaba, y en una gran parte depende de nuestra fuerza de voluntad, de querer estar, y estar con todas sus consecuencias.

Algunas personas quieren que algo suceda, otras sueñan con lo que pasará, otras hacen que suceda (M. Jordan).

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María Jesús Lorente

Presidenta ARAME

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