RENOVARSE O MORIR

Cada día que pasa debemos ser más conscientes de que la inversión en formación en las personas que dirigen nuestras empresas es muy rentable, y debe ser elegida empleando los indicadores necesarios que permitan medir su retorno a la organización.

El momento actual demanda profesionales directivos cada vez con mayor eficiencia y que ofrezcan valores diferenciales que permitan a sus empresas competir en los mercados con éxito. Es imprescindible disponer de líderes hábiles. Configurar y pulir ese liderazgo para convertirlo en la punta de lanza de la empresa, ese es el gran reto.

Según la consultora Tower Watson el 44% de las empresas a nivel mundial planean un cambio de estructura en las funciones de sus departamentos de Recursos Humanos con el fin de mejorar la gestión, e incrementar el potencial del talento.

Es evidente que una parte importante de ese esfuerzo va a repercutir en la formación de ese talento profesional, no sólo para capacitarle frente a los nuevos retos a los que habrá de enfrentarse cada día, sino como forma de retenerlo. Y es que la formación es una herramienta muy importante entre las formas de retribución no monetaria y por ello un medio excepcional de aumentar la satisfacción laboral y de retener a los mejores trabajadores. Además, la misma consultora indica que el 31% de estas empresas han planificado incrementar su gasto en recursos humanos durante este recién estrenado 2017.

Miguel de Unamuno decía “El progreso consiste en renovarse”, hoy esto se sintetizaría en “renovarse o morir” si estamos hablando concretamente de los directivos de nuestras empresas. Todos ellos disponen de una buena formación académica y experiencia profesional, pero en un entorno empresarial cambiante, donde las reglas del mercado varían a la velocidad de la luz y las metodologías empleadas se quedan obsoletas, se hace imprescindible el reciclaje permanente para la supervivencia.

Si como apuntan los expertos una gran parte de la productividad en una empresa depende de la calidad directiva, todavía se hace más necesaria la inversión en la formación de los mismos.

No olvidemos una frase célebre de Alvin Tofler, considerado como uno de los pensadores y visionarios más importantes de nuestro tiempo, que dice que “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no saben leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. 

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María Jesús Lorente Ozcáriz

Presidenta de ARAME

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